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Este ha sido un extraño fin de semana, que esta vez empezó el jueves por la noche con la “Fiesta Stupenda” de Aire.

Yo hace tiempo que tenia ganas de salir un jueves y esta era la semana propicia para ello, así que convencí a Desi ya que ella es la única que no tiene que trabajar el viernes por la mañana.

La “Fiesta Stupenda” consiste en entrada gratis (bastante importante), striptease femenino (muy penoso), regalos y que te enganchen un numero adhesivo en la camiseta nada mas entrar, como si marcasen el ganado.
Pero a mi siempre me ha gustado ese juego: ponen a disposición del publico papel, sobre y bolis, y tienes la posibilidad de mandar un mensaje a quien quieras poniendo su numero en el sobre y dejándolo en el lugar que dispongan para ello. Cada cierto tiempo, por megafonía, van diciendo los números que tienen mensajes.

De todas las veces que he estado en una fiesta de esas, nunca me han mandado ningún mensaje a no ser que fuesen mis amigas de cachondeo. Por eso, cuando al final de la noche dijeron mi numero lo primero que dije fue: “Desi, no habrás sido tu? – “Pero si no me he separado de ti en toda la noche!!”
Y hay estaba yo, papelito en mano, con una invitación a café (que por cierto, no me gusta el café, pero no viene al caso :P), y un numero que buscar, el 376. Pero era tarde, había mucha cola en el guardarropía y había que volver a casa.

El viernes a las 9h ya estaba en pie por la visita de la ocupa Marta que necesitaba un lugar donde esconder su falta al trabajo. Y después toda la tarde del canguro del nene, así que por la tarde estaba cansada y me quede en casa.

Sábado noche, plan: Fútbol y vodka en mi casa. Marta, Char y yo, a cual mas esponja, nos íbamos poniendo tibias mientras disfrutábamos del Barça, con algunas interrupciones de llamadas y mensajes de móvil (mis amigas, que están muy solicitadas).

Ya en Aire nos juntamos con Desi, Lore y sus amigos, y el surrealismo en general… Una noche marcada por el alcohol en sangre, una pregunta: “Where is the Serran?”, una vasca que hablaba catalán y una Gironina con mochila.
Todo se transformó al final en mis nulas ganas de ligar y mal humor que ni el chocolate con churros consiguió disipar.

Al día siguiente la resaca emocional y la depre chunga dominguera se unió a la búsqueda de mi coche, que se lo había llevado la grúa.
Decidí ir a un locutorio a conectarme y escribir en el Blog, con la idea de poner un mensaje de ayuda en la búsqueda del número del jueves, porque odio quedarme con la intriga. Pero haciendo gala de la suerte que me caracteriza, estaban todos los ordenadores ocupados. Así que, sin ningunas ganas de volver a casa, decidí unirme al plan de cenar en casa de Desi con Marta y su mossa.

En la casa de Desí entre un momento al Messenger porque tenia que agregar un contacto. Cuando vi entre los conectados a una persona que me había agregado hacia días, y que yo no conocía, con un numero en el nick: 376…