LAS CELESTINAS

Parece que esta prohibido ser soltera.
La gente que me rodea sobretodo que no me conocen demasiado, si ven que llevo un tiempo sin pareja, se empeñan en buscarme a mi media naranja.

El turno ahora ha llegado al trabajo. Mis compañeras (las más mayores y que no saben mi tendencia a las féminas) llevan unas semanas empeñadas en buscarme un novio para casarme.

Intento 1º: Mari Puri empeñada que en que soy la pareja ideal de su hijo, que tiene la misma edad que yo, amante de los tatuajes, bastante alternativo.
Excusa: no me gustan las rastas.

Intento 2º: Mari Puri y la insensata comentan lo majo que es el chico nuevo de telemarketing y yo, como siempre, ni me había enterado que hay un chico nuevo.
Ellas: mira que guapo, que quedaríais muy bien juntos... bla bla bla.
Excusa: uis, es demasiado joven (por no decir que es un poco gay)

Intento 3º: Me llama “la abuela” de recepción para avisarme que hay un chico esperando para hacer una entrevista con la rubia.
“Meiko, a este tenéis que cogerle. Que guapo, ya veras, recomendado por la abuela, que haríais muy buena pareja”
Excusa: Tiene cara de simio (si, soy cruel)

Intento 4º: La Mari Puri reclama mi atención para queme fije en el comercial nuevo que ha entrado a trabajar.
Excusa: ya no tengo excusa, directamente paso de contestar.

Mi jefa, la rubia, se parte de risa la jodia cuando se lo cuento… “Anda Meiko, que si supiesen la verdad…”.
Esto de que mi jefa haya sido mi cuñada es una ventaja, porque ya estoy fuera del armario con ella.