POLLO Y EL SEXO

El tema del sexo últimamente es bastante peculiar, poca gente queda que se sorprenda del grado de libertinaje al que hemos llegado.
Estamos en tiempos en que si has tenido menos de 5 parejas sexuales en tu vida te miran un poco como a una pringada.
Ahora lo cool es follarse a una diferente cada finde, en plan Shane; aunque deberíamos recordar que el ambiente no está tan lleno de tías buenorras como en las series de televisión. Porque vaya, si te conformas con cualquier cosa todas podemos ser Shane.

Yo he tenido mis épocas Shane, tengo una lista de amantes algo extensa (nada comparado con las nuevas generaciones :P) y, hasta hace poco, pensaba en llevar una vida repleta de libertinaje y desenfreno ausente de amor.
Pero a quien quiero engañar? Nunca he querido eso.

A estas alturas de mi vida lo único que quiero es algo de estabilidad (emocional, sobretodo), no ir saltando de flor en flor. Además de que estoy muy exigente, e incluso en “modo HP on” no veía a nadie con quien me apeteciese follar.
Quiero sexo, por supuesto, y mucho… pero me gusta más cuando es siempre con la misma persona.
Me encanta cuando se empieza a crear la confianza, ir descubriendo poco a poco como es cada centímetro de su piel, entender cada movimiento, leer en sus ojos mientras me hace el amor lentamente y que el placer aumente en cada encuentro.
Pero mucho mejor es despertar abrazada a ella, acariciar su suave piel, que me colmen de besos cuando todavía no he acabado de abrir los ojos, y saber que ninguna de las dos va a salir corriendo…

Ais Drownie… como te echo de menos…