Y TU QUE HARIAS?

De mi época de casada (reprimida y controlada por mi mujer) de lo poco que gane fue una amiga-conocida (llamémosle k.) que me iba encontrando de vez en cuando por mataro y con quien siempre me paraba a hablar por mucha prisa que tuviese.
Cuando por fin deje de estar controlada empezamos a quedar más y nos hicimos bastante amigas.

Mas de un año después, por unos motivos que no vienen al caso, estaba yo pasando una época de crisis absoluta y me refugié en ella. Creí estar enamorada o quise estarlo, no lo se… pero después de unos 3 meses me di cuenta que no podía ser. Yo seguía enamorada de otra persona, y aunque sabía que ella siempre me trataría bien, yo no podía elegir a quien amar.

De eso hace ya casi 5 años (si? Tantos?) y durante ese tiempo hemos intentado ser amigas, hemos tenido momentos muy malos y momentos buenos. Al principio habia muchas malas caras y reproches por su parte y mucho pasotismo por la mía. Mas tarde ella me exigía una confianza que no era reciproca, pues nunca me ha contado gran cosa de lo que sentía.

La crisis en la amistad vino cuando la niña de ojos azules (durante nuestra primera ruptura) quedo con k. y esta no se que coño le dijo para que la primera llegase a pensar que yo era lo peor del mundo (vaya, quizás era una nueva táctica para ayudar a una amiga a recuperara a su novia, pero no lo considero muy efectivo).
Esto llegué a perdonárselo (porque al final si la recuperé) pero empecé a no confiar mucho en ella, mas que nada porque también poseo cierto sexto sentido que no me falla nunca.

Cierto tiempo después de mi ruptura definitiva con la niña de ojos azules, me entere que k. se le habia declarado. Sinceramente, la noticia no me sorprendió en absoluto, porque el sexto sentido me llevaba avisando de eso desde hacia mucho tiempo.
Lo que realmente me jodio es que alguien que decía ser mi amiga, que quería que le llorase mis penas, que quería aconsejarme, fuese a tirarle los trastos a la persona que yo consideraba “el amor de mi vida” a mis espaldas.

Ya no estoy enfadada, ni dolida, ni le niego la palabra a nadie, pero que clase de amistad hay que recuperar? La confianza es difícil de recuperar, pero no imposible.