martes, agosto 05, 2008

LA VERDAD DE FORTUNA49

Mi trabajo me tiene ya bastante harta, y creo que solo llevo 3 semanas. Y entre que mi jefe me come la olla y los clientes a veces tienen ideas raras, he decidido escribir este post de como funciona mi curro:


La historia empieza cuando la empresa fortuna49 monta un sorteo gratuito de un audi y la publicidad del sorteo se ve en paginas como yahoo.es o “el lotonazo” (solo está la publicidad allí, nosotros no somos el lotonazo). La gente deja sus datos y espera a que el sorteo se produzca.

Pero que pensáis, que la gente regala un coche porque si? De esta manera la empresa ha conseguido una gran base de datos de clientes potenciales de manera legal y aprovecha para promocionar su producto.


Aquí entramos nosotros, los teleoperadores mal pagados (que no nos pagan pausas, ni para ir al lavabo).
Llamamos a un cliente y le decimos que está dentro de los primeros 1000 finalistas y comprobamos los datos de participación.

Por supuesto, no se ha hecho ninguna selección de finalistas, aunque tampoco llamamos a toda la base de datos (que hay más de un millón de personas). Pero es una buena manera para que la gente nos atienda con un mínimo de respeto.


Después llega la hora de ofrecer el producto promocional: una peña de lotería primitiva. Argumentos que utilizamos para atraer a la gente a la promoción:

- 160 apuestas + combinación individual por semana por solo 9,99 euros semanales.

Está claro que parte de esa cuota semanal se la queda la empresa por la prestación de servicio, o pensáis que la empresa trabaja por amor al arte?

- Garantía de que si en 3 periodos no se gana nada, se devuelve el dinero.

Claro que esto es verdad, pero pensáis que con 160 combinaciones numéricas no están todos los números cubiertos? Siempre se gana algo, aunque sean 25 céntimos.

- Participación si compromiso. Uno se puede dar de baja cuando quiere.

Esto es totalmente cierto, sobre todo si lo hacéis por email (por teléfono siempre se encuentra a alguna teleoperadora puñetera). Con email, en 24 horas estáis dados de baja (sin coste siempre).

- Antes de empezar a jugar, enviamos un contrato con todas las condiciones y combinaciones por escrito.

Esto también es cierto, aunque no estoy segura de que se parezca a un contrato, pero sí que están todos los datos de participación.


- Pedimos los 20 números de la cuenta bancaria para hacer domiciliación de la cuota y el ingreso de los premios.

Esta es la parte más difícil, lógicamente a nadie le gusta dar sus datos por teléfono a alguien que no conoce.
Si de verdad a alguien le puede interesar el producto, por dios informaros un poco porque con el número de cuenta no se puede hacer nada. A cualquiera que le llegue un recibo que no conoce lo puede devolver sin problemas (por ley) y ni el banco te tiene que decir nada, porque no es asunto suyo.
Con un número de cuenta puedo hacer un ingreso sin tener de identificarme, pero ningún banco dejara a alguien sacar dinero sin el DNI.
He leído por ahí de alguien acojonado porque una empresa como la nuestra tenía sus datos (nombre y dirección) y ya se estaba acojonando por si le sacarían dinero de su cuenta… sin comentarios.



Que es normal desconfiar de ciertas cosas, pero coño a veces es pasarse. Con un mínimo de conocimientos podemos asegurarnos de que no nos hacen el timo de la estampita.

Ahora solo hablo por mí, porque cada uno de mis compañeros hablamos de una manera distinta por el teléfono, pero no obligamos a nadie a apuntarse, así que no hace falta ser desagradable para decir que no.

Y segundo, si no os interesa, no tengáis miedo a decir que no, pero no nos toquéis las narices diciendo “llámame mañana y te doy el número de cuenta” o “me lo pienso llámame mañana” si ya sabéis que no lo queréis. Preferimos un no, que estar llamando mil veces a la misma persona.

Si veis que insistimos bastante después del primer no, pensar que seguramente tenemos al jefe haciéndonos escuchas y comiéndonos la olla después de cada llamada. En general ni yo ni la mayoría de mis compañeros tenemos ganas de insistir.

Y nada, cualquier duda, aquí estoy.